Conócese como su antiguo dueño el español Don Ramón Ibarrolaburu y Añorga, Coronel de Caballería quién la recibiera, junto con sus cinco hijos, por donación de su esposa, Doña María Josefa Páez, según se desprende del testamento de ésta, fechado el 26 de Diciembre de 1816. La señora. Páez de Ibarrolaburu, hija del Capitán Don Félix Páez y Doña Juliana López, falleció en el año 1817. La casa fué evaluada entonces en 14.000 pesos. Durante la Guerra Independentista la Casona unas veces estuvo ocupada por los españoles y otras veces por los patriotas. El 24 de Junio de 1821, sirvió de hospital para alojar en ella a algunos de los heridos recogidos en la Batalla de Carabobo, y allí se dice velaron también la noche de ese mismo día los cadáveres de Cedeño y Plaza . . .". En cuyo velorio según cuenta la tradición habría estado presente el Libertador hasta la madrugada." Lograda la Independencia, el Coronel Ibarrolaburo, decidido defensor de la causa realista emigró a España. Al ser confiscados sus bienes por el Gobierno de la República en 1826, la Casa se transforma en Hospital Militar. Más tarde en pagos de haberes militares fué entregada al Prócer José María Briceño quién la recibió por 14.000 pesos. A la muerte de éste ocurrida en 1837, su esposa Josefa Santander de Briceño la vende a su vez por la cantidad de 10.000 pesos, a los esposos Pulido Méndez. La señora del Coronel José María Briceño, era hermana del General Francisco de Paula Santander. El 11 de Mayo de 1839 la Casona es adquirida por la familia Celis por la cantidad de 6.000 pesos. El Coronel Pedro Celis es el primer miembro de esta distiguida familia quién habita la elegante residencia, realizándole diversas mejoras y reparaciones. Dividió el Coronel Celis la Casona en dos partes. Luego la traspasó a su esposa María Isabel Plaza, hermana del Coronel Ambrosio Plaza, en 1846, en pago de 7.386 pesos, cantidad aportada por ella como dote al contrae
De los Celis, gente distinguida y culta, amante de la elegancia y de las buenas tertulias, toma la casa la designación con la que se conoce actualmente. La Casa de los Celis, permaneció dividida por razones de distribución hereditaria al extenderse la familia Celis colateralmente. Para el año 1964, a instancias de la Comisión del Acervo Histórico de la Nación por intermedio de sus comisionados: Sr. Saturno Guerra y Don Luis Blanco Gásperi, proponen su Guarda y Custodia a la Antropóloga e Historiadora Henriqueta Peñalver Gómez, quien para esa época iniciaba el rescate del Acervo Arqueológico del Estado, en su calidad de Directora del Instituto de Antropología e Historia del Estado Carabobo, con el fin de que la Casa sirviese para la sede de la referida Institución.
La Antropóloga reúne la Asamblea de Representantes de la Institución en Valencia, y se dirige directamente al entonces Ministro de Relaciones Interiores Dr. Gonzalo Barrios, para el rescate de la obra. El Presidente de la República Dr. Raúl Leoni y el Ministerio de Obras Públicas Ing. Leopoldo Sucre Figarella, toman especial interés en este asunto, y se resuelve en reunión de Gabinete llevar a su totalidad la restauración en referencia. A partir de esa fecha se le encarga el proyecto al Arquitecto Willé Vogeleer y como restaurador principal al Sr. Martín Porres, quién tenía gran experiencia en la restauración de otros monumentos como la Cuadra de Bolívar y algunas Iglesias del interior de Venezuela.
La restauración fue lenta y minuciosa, pero siempre constante y supervisada muy de cerca por el Ministro Sucre Figarella, quien deja aprobada antes de salir de su ministerio la última partida para terminar la obra. En el siguiente período constitucional y siendo Presidente de la Junta de Conservación del Acervo Histórico el Dr. Mauro Páez Pumar, se aprueba a la Historiadora Peñalver, el proyecto para el montaje del Museo de Arte e Historia de la Ciudad de Valencia. El Ministro de Relaciones Interiores para entonces el Dr. Lorenzo Fernández, hizo una donación especial para adquirir el Mobiliario.
La restauración fue lenta y minuciosa, pero siempre constante y supervisada muy de cerca por el Ministro Sucre Figarella, quien deja aprobada antes de salir de su ministerio la última partida para terminar la obra. En el siguiente período constitucional y siendo Presidente de la Junta de Conservación del Acervo Histórico el Dr. Mauro Páez Pumar, se aprueba a la Historiadora Peñalver, el proyecto para el montaje del Museo de Arte e Historia de la Ciudad de Valencia. El Ministro de Relaciones Interiores para entonces el Dr. Lorenzo Fernández, hizo una donación especial para adquirir el Mobiliario.
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